Conectarnos al propósito nos da más vida

Conectarnos al propósito nos da más vida.

Como organización y como personas

Existen empresas inolvidables y otras “de cuyo nombre no quiero acordarme”, también existen empresas a las que las personas quieren pertenecer, lugares de los que sus empleados se sienten orgullosos y otros en los que “tenemos rotación y problemas de captación”. Existen empresas sanas y otras… menos sanas o enfermas.

Algunos llaman orgullo de pertenencia a decir que te sientes feliz de trabajar para tal o cual empresa, otros hacen rankings de “el mejor lugar para trabajar” o del lovework, o yo que sé que nombres más inspirados y que responden a una forma de entender la realidad profesional que mira más allá.

Estas miradas recogen ese algo más y también incorporan una forma de hacer que apoyan en procesos y criterios de medida. Les sirve. Toman inquietudes de las personas que trabajan en la organización y las transforman en indicadores, acciones y también en maneras, modos, estilo que tienen un impacto en las personas, en la empresa y si se hace con cariño, también hacen una contribución al entorno. Está bien. Esto suma.

Algunas empresas que ponen en practica estas actividades, son vistas con recelo en el sector, especialmente en entornos más conservadores y en los que las cosas “siempre han sido así”, aunque hoy soplan vientos de transformación.

Son numerosas las organizaciones en las que, pasados unos años, quién sabe si tras una venta o fusión, un crecimiento desordenado y rápido o por simple dejadez, se ha perdido de vista ese algo especial que les hacía únicas. Ya no brillan.

Y para ilustrar eso que llamo brillar, les cuento una anécdota de mi infancia:

En el barrio en que vivía en aquel entonces, tendría yo 8 ó 9 años, había dos cafeterías que abrían muy pronto por la mañana, para dar desayunos o un café rápido a las personas que se iban al trabajo. En uno de estos locales solía haber un par de clientes, sin embargo, la otra cafetería, situada a pocos metros más abajo siempre estaba llena de gente, durante la semana con clientes que iban a trabajar y los sábados y domingos, con los jóvenes que volvían de divertirse. El dueño de la segunda cafetería, Félix, siempre sonreía y decía en voz alta: “Alegría que ya queda na pal viernes” y sonreía. No recuerdo mucho cómo era el local, tampoco si el café era muy bueno, pero lo que sí ha quedado en mi recuerdo es el ambiente que había, y todos los que también sonreían a Félix.

Un día, entré con mi padre y después de pedir un batido de cacao para mi, le comentó a Félix que le gustaba mucho que siempre estaba alegre. El dueño del bar miró a mi padre y sin darle demasiada importancia le dijo: “Mario, estamos para hacer feliz a la gente, sino, ¿para qué todo esto?”. Me impactó.

Hacía tiempo que no pensaba en ello, pero últimamente veo organizaciones un tanto despistadas, que no tienen claro el para qué de todo esto.

Muchas van por inercia. Toman los objetivos del año anterior y los incrementan un 15% porque parece que está bien con eso, luego les piden a los equipos que se esfuercen más y en caso de que no funcione, aplican presión y listo. Si la gente se queja mucho, se contrata un curso de motivación que termina en… sesiones de terapia de grupo y vuelta a empezar. Incluso hay quiénes piensan que esto es lo normal y como tal, lo aceptan. ¡Por favor, que alguien haga algo!

Cada vez hay más y más personas, que piden un plus a su trabajo. Realmente no es un plus sino que les mueven otras cosas. Piden autonomía en su posición (poder decidir por ellos mismo qué y cómo poder hacer algo), piden progreso (sentir que aprenden y mejoran) y piden, sobre todo, propósito; saber y sentir que su actividad es relevante, que tiene sentido y que contribuye a algo que va más allá de ellos mismos, que tiene un sentido de autenticidad, de valor. Necesitan sentir que su trabajo es valioso y este sentido da la fuerza y la motivación para alcanzar los resultados, los beneficios.

Me podréis objetar que me he olvidado del salario y que eso importa y tenéis razón, aunque para algunas posiciones todos sabemos que los salarios de mercado son muy parecidos y eso no resulta un valor diferencial, aunque sí, debe estar bien resuelto.

El salario alto también puede llegar a ser una trampa y te deja en una jaula de oro que ha perdido su espíritu, pero te paga bien y tienes a personas que hacen sus tareas pero no aportan su ilusión ni su corazón, ni su ímpetu a lo que hacen. La empresa languidece y huele a cerrado. Más pronto que tarde, los buenos o mejor dicho los dinámicos, los que tienen iniciativa e ideas, los que están dispuestos a llevar adelante la bandera de la empresa (si les representa, claro) se irán, sin remedio. Y si no se van, peor porque nadie se dará cuenta pero la compañía irá perdiendo fuelle y valor, progresivamente.

Creo que, del mismo modo que regularmente vamos a comprobar cómo está nuestra vista o los niveles de azúcar en sangre, para conocer nuestro estado de salud, comprobar en qué medida la organización tiene claro su para qué, resulta curativo o preventivo, en función del momento en que lo hagamos. Nos enfoca en lo importante, reduce la artritis de la burocracia y llena de energía y vida a los equipos.

Creo firmemente que conectarnos al propósito nos da más vida como organización y como personas. Más vida a todas las personas, independientemente de cuál sea su rol o su tarea en el empresa. Así que, aplica a todos.

¿Algún voluntario?

Coaching Sistémico y Reinvención Profesional con Joan Corbalán

¿Sientes que todo te sale mal por más que lo intentas?, ¿tienes la sensación que en tu trabajo ya no terminas de encontrar tu lugar? ¿te frenas sin sentido en tu reinvención profesional? Seguro que esto te resulta cercano y te da mala vida, como a muchos. En este post de Historias de Cambio, quiero hablarte de lo sistémico.  Como personas que formamos parte de una familia, existen variables que nos afectan y no dependen de nosotros mismos ni son responsabilidad nuestra; si en nuestra familia somos de constitución delgada, y mi abuelo, padre, hermanos son delgados es muy probable que yo lo sea también; la genética tiene esto.

Existen vínculos y dimensiones que nos afectan, los conozcamos o no y tienen una gran repercusión en nuestras vidas personales y profesionales cuando nos acercamos a cambios de fase. Si en tu familia, siempre se ha trabajado para un tercero, y nadie ha emprendido, y ahora tu quieres emprender, puedes encontrar obstáculos que no sabes por dónde salen.

También las organizaciones están sujetas a variables y afectadas por realidades que aparentemente no guardan conexión. Y sí, también tu estas sujeto, sujeta a estas fuerzas que operan en la sombra.

La mirada sistémica, trata de esto, pretender mirar todo lo que afecta a una persona y suele quedar fuera de su rango de conciencia «racional», hacerlo consciente y a partir de ahí darle un curso de solución.

Para explicar esto en detalle , os he preparado una entrevista con Joan Corbalán, Coach Sitémico con gran experiencia en el trabajo sistémico,  que trabaja con personas y organizaciones.  ¿Qué vas a encontrar?

  • ¿Qué es la mirada sistémica¿
  • ¿Cuales son las leyes sistémicas que apoyan a que las cosas vayan bien? 20′:04»
  • ¿Cómo saber si tienes o no un asunto sistémico?
  • Otras formas de mirar las organizaciones 31′

 

Muchas veces, los síntomas como el de felicidad aplazada muestran una verdad sistémica de fondo que si no atiendes, va a seguir repitiéndose de forma constante ad infinutum…

Como nos recuerda Joan en el Vídeo, hay cosas que «no tengo porque sostener»

Si crees que puedes tener un asunto de este tipo en tu vida profesional o en tu organización, mádarme un mail a toni@tonipinies.com y charlamos un rato.

Me gustaría conocer tu opinión sobre este post, si tienes temas sistémicos en tu empresa, en tu propia carrera o en lo que quieras comentar, estaré muy agradecido de responderte.

Te animo a compartir este artículo con quien consideres que le vaya a ayudar

Un saludo

Toni

pd. para saber sobre la formación del órden de la felicidad http://elordenquedafelicidad.com